miércoles, 21 de noviembre de 2012

Saga Rocky


A veces, amiguitos, muy pocas veces, un personaje y un actor, se unen de manera, que es difícil diferenciarlos. Sylvester Stallone, tan denostado por la crítica las últimas décadas, compró un cuaderno, unos bolígrafos y le dijo a su mujer, allá por los setenta: <he ido a ver un combate de boxeo y creo que tengo una historia, voy a escribirla>. Aquella historia, cuyo título ya conocéis, llevó a un completo desconocido, casi arruinado, del anonimato a la Gloria. Como en la peli, Stallone, pasó de rodar películas pornográficas (los combates de mierda), a estar sentado junto a las estrellas más notables del momento (la lucha por el título), en la gala de los Oscars. Y a punto, como al final del film, estuvo de dar la sorpresa, conseguir el milagro y obtener la estatuilla al mejor actor y guionista, superando a Woody Allen u Orson Welles.

Rocky es el cuento de la cenicienta, repetido seis veces, con mejor o peor fortuna. Rocky es el hombre del pueblo, dispuesto a resistir el chaparrón, a soportar lo que le caiga. Es un superviviente. No le importa fracasar, si consigue mantener a salvo sus principios de dignidad y orgullo intactos. Siempre dispuesto al sacrificio, si la causa es noble. Rocky sabe que hay adversarios más duros y preparados que él, pero su ADN no contempla la idea de ocultarse... Si le dan la oportunidad de pelear. Rocky sabe que su peor enemigo está dentro de sí mismo: la inseguridad, el temor, la pereza, la rabia; por lo tanto, a mitad de cada una de sus pelis, le veréis entrenando, al ritmo de canciones inigualables, épicas, tratando de despertar y domar a la bestia que lleva dentro. La misma bestia que, contra Apollo, contra Drago, contra MR.T o Tommy Gun, acudirá en su ayuda. Rocky es corazón, familia, amigos. Lo que le sobra es corazón, por eso necesita una cabeza. Adrian es su cabeza, y Mickey, también, cuando está a su lado. Su cuñado Paulie, son problemas, pero la vida también son éstos. Todos juntos forman una misma persona. Todos juntos forman la parte más bella del cuadro.

Rocky tiene también enemigos, claro. Pero no les odia, como le odian ellos a él. Cuando nuestro púgil les derrota, toman conciencia de lo obstinados, crueles o idiotas que fueron. Rocky es su redentor. En el fondo, también su amigo. La familia Balboa pasa por muchas etapas. Conocen el amor, la riqueza o la ruina; toman parte en la guerra fría. Viven la desilusión del cine, de la enseñanza, del alcohol. Viven la muerte de sus seres queridos o la resurrección de viejas amistades. Rocky ganó tres Oscars y miles por miles de fans. Yo soy uno de ellos. Stallone gritó, al acabar la ceremonia: <este premio se lo dedico a todos los Rockys del mundo>. Como dedica a los que quiere, el personaje, sus cinturones de campeón. ¡Adriaan!

Jorge Arellano
Alumno del Curso de Dirección de Cine en CEV

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